Amado,
¿Estas remando con gran fatiga en este mar de la vida?
Todos lo hemos hecho. Esos son los momentos cuando llega la noche y se comienza desatar una tempestad y no podemos mas que hacer eso, “remar con fatiga”.
Les ocurrió a los discípulos. Habían tenido un día muy largo. El Señor Jesús había compartido la palabra de vida como con 5,000 personas y también había compartido el pan con todos ellos. Ese día los discípulos presenciaron ese milagro, 5 panes y dos peces dieron de comer a 5,000. Se sabe que no contaron a las mujeres y los niños; así que probablemente los que comieron fueron unos ¡diez mil! Pero aun así, dice Marcos, ellos tenían los corazones endurecidos, todavía no habían entendido.
En seguida, dice Marcos, el Señor hizo entrar a los discípulos en una barca para que fueran delante de El a Betsaida mientras El despedía a la multitud.
Mientras los discípulos avanzaban el en mar, el Señor había ido a un monte a orar.
Y eran entre las 3 a.m. y las 6 a.m. (La cuarta vigilia) y el viento soplaba en contra de la barca. Verdaderamente estarían muy cansados.
Los temores, las preocupaciones, las necesidades, los dolores, las enfermedades, la amargura… nos hacen remar con mucha fatiga en esta vida.
Pero miremos aquí, nuevamente, y veamos como el Señor siempre, siempre se muestra poderoso.
- El Señor Jesús estaba orando. Jamás olvidemos Quien es El. El también es nuestro Mediador. El es quien media entre nosotros y Dios Padre, quien intercede por nosotros.
- El Señor Jesús los vio. Dice Marcos que El los vio, EL LOS VIO remando con gran fatiga. La barca estaba en medio del mar pero EL LOS VIO. Amados, el Señor nos ve, el es el Dios Viviente que nos ve. Dice Su Palabra, “sobre ti fijare mis ojos”.
- El Señor Jesús fue a ellos. Pero el Señor no sólo oraba por ellos, no sólo los vio sino que también fue a ellos andando sobre el mar y ellos no lo reconocieron, pensaron que era un fantasma, pero El les habló y les dijo:
Tened animo; YO SOY, ¡no temáis! Entró en la barca y el viento contrario cesó.
Estas “remando con gran fatiga”, recuerda el Señor intercede por ti, El ve lo que esta sucediendo, El viene a ti. No endurezcamos nuestros corazones El es YO SOY quien siempre se muestra poderoso en todas nuestras necesidades, dolores, temores, preocupaciones, enfermedades… y en el momento preciso cuando su voluntad haya sido hecha, el viento contrario cesará. ¡Tengamos ánimo!
En Cristo,
Patricia